La Intervención Asistida con Animales
Es un tipo de técnica complementaria en la que un profesional especializado se sirve de un animal que reúne una serie de características específicas para desarrollar una función determinada.
Esta función irá orientada, generalmente, a la promoción de la salud y de las capacidades personales, así como a la estimulación de aquellas áreas de mayor afectación del paciente y/o cliente.
La Intervención Asistida con Animales (en adelante, IAA) es “una modalidad de tratamiento terapéutico en la que un animal, que cumple determinados criterios, forma parte integral de un proceso. Este tipo de terapia está dirigida por un profesional, y es él quien marca los objetivos específicos del tratamiento. Su propósito es el de fomentar la mejoría en el funcionamiento físico, social, emocional y/o cognitivo de los seres humanos. Se puede realizar en una amplia gama de contextos y puede llevarse a cabo en grupo o de forma individual. El proceso debe ser documentado y evaluado por el profesional” (Tucker, 2004).
La IAA está ganando, en las últimas décadas, una presencia notable en cuanto a las alternativas de intervención socio sanitarias en nuestro país.
Está ampliamente consolidada en los principales países de la Comunidad Europea y Estados Unidos. Una herramienta vanguardista y avalada por la comunidad científica internacional.
Numerosos estudios certifican la eficacia y solidez de este tipo de intervención afirmando, por ejemplo, que la sola presencia de un perro en una situación de terapia, sin necesidad que el animal intervenga, produce resultados más favorables al finalizar la sesión que la no presencia del mismo. Es fácil imaginar, pues, todo lo que podemos lograr si, además, el perro interviene en la misma.
Beneficios
Los estudios sobre los BENEFICIOS genéricos de un programa de IAA demuestran que:
La IAA funciona como un estímulo multisensorial que consigue romper la monotonía y atraer la atención del usuario.
Actúa como agente motivador, potenciando la colaboración en la terapia.
La mejor terapia es aquella que no lo parece: el animal consigue eliminar la tensión y, en ocasiones, rigidez de una terapia convencional.
Favorece una alta adherencia del usuari@ al tratamiento.
El animal ejerce un rol de facilitador social: es un elemento neutro del que hablar y que sirve por tanto para conectar mejor con el paciente.
El perro coterapeuta no juzga y se entrega, sin reservas, al usuario y a la tarea.
Tras una sesión de IAA, se reducen los niveles de ansiedad.
Actúa como lubricante emocional: permite liberar y compartir emociones.
El usuario desarrolla una actitud positiva frente a la terapia.